Nuestro musicoterapeuta – al igual que nuestra terapeuta artística – también trabaja en estrecha colaboración con el equipo médico, de enfermería y sociopsicológico. Equipado con diversos instrumentos, puede visitar a los niños con cáncer hospitalizados en sus camas o en la sala de juegos compartida y hacer música y cantar libremente con ellos. En la situación enormemente estresante, tanto física como psicológicamente, en la que se encuentra un niño con cáncer, la musicoterapia puede permitir a los niños tomarse un respiro de la vida cotidiana en el hospital, despertar la alegría de vivir, crear diversión, pero también consolar, calmar o ayudar a lidiar con la propia enfermedad. Pero, sobre todo, debe ser divertido y convertirse en una experiencia positiva en la situación extremadamente estresante y en la vida cotidiana, a menudo gris, del hospital.